ENCUENTRO

Voces territoriales en un Encuentro que pidió transformarlo todo

Eugenia Grassi Vich y Nida Paredez, dirigentas del Partido Comunista en Corrientes, analizan el sentido político y territorial del 38º Encuentro Plurinacional y los debates que marcaron su profundidad.

Foto @jere.giordano: Eugenia y Nida siendo parte de la Asamblea Abya Yala en el marco del 38° Encuentro Plurinacional

En la antesala del final del 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries, Eugenia Grassi Vich —de Paso de los Libres— y Nida Paredez —de la comunidad guaraní de Apipé Chico— comparten miradas, urgencias y expectativas desde dos territorios atravesados por desigualdades estructurales, memorias de resistencia y disputas por derechos. 

Apenas comienza la charla, coinciden en que Corrientes vivió tres día históricos. Para Nida, participar del Encuentro en su propia provincia tiene un valor profundo: significa hacerlo desde su lengua materna, el guaraní, y desde una historia que, según afirma, todavía está negada por el Estado y por buena parte de la sociedad correntina. 

Su mirada subraya que ningún gobierno puede excusarse de acompañar, facilitar y garantizar un evento de esta magnitud: “Tenemos que construir para nosotros mismos. Nadie va a venir a hacerlo si no lo hacemos desde los territorios”.

En esa línea, reclama que se deje de hostigar a las familias y comunidades que siguen resistiendo en sus lugares de origen. Para ella, el Encuentro es también una oportunidad para visibilizar la violencia que sufren las comunidades indígenas, denunciar el extractivismo en el Paraná y exigir que el Estado escuche a quienes realmente conocen el territorio. “Para decidir sobre la vida del río, primero hay que preguntarle a quienes lo habitan”, sostuvo.

Eugenia retoma esas palabras para ampliar la mirada: el Encuentro, dice, llega en un momento donde las desigualdades en Corrientes se profundizan y golpean de forma particular a mujeres, infancias y disidencias. 

Habla de la precarización cotidiana, de la pobreza estructural y de la necesidad urgente de construir liderazgos colectivos que nazcan desde abajo y desde la diversidad provincial. También marca que la realidad fronteriza en Paso de los Libres expone a las mujeres a situaciones de vulnerabilidad propias del territorio.

Ambas coinciden en que este es “el tiempo de las mujeres”, porque históricamente fueron quienes sostuvieron la vida en Corrientes: en las crisis, en las ollas, en la crianza, en los barrios. “Las mujeres siempre estuvimos en la lucha”, dice Eugenia, y sostiene que este Encuentro debe ser el punto de partida para discutir qué provincia se quiere construir desde los feminismos.

Foto Sudestada: Eugenia dando la Bienvenida ancestral al 38° Encuentro Plurinacional

Foto @jere.giordano: Nida dando la bienvenida con un discurso guaraní

La conversación avanza hacia uno de los ejes más sensibles: la soberanía alimentaria y la necesidad de recuperar una relación espiritual y política con la tierra. Para Eugenia, el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado tiene que dejar de ser una consigna para convertirse en una realidad institucional: “Es una deuda con las comunidades y con toda la historia de resistencia de este territorio”.

Sobre el guaraní, Nida plantea que la negación no viene de las infancias—que lo hablan con naturalidad—sino de los propios adultos, formados para avergonzarse del idioma en nombre de la “pertenencia” a una cultura ajena. Insiste en que el cambio debe nacer desde la escuela pública, desde los territorios y con humildad política: “Primero hay que escuchar al otro para aprender. La soberbia nos impide avanzar”.

Cuando la entrevista se adentra en el clima político nacional, Eugenia es clara: para ella, el gobierno de Javier Milei implica una legalización de la violencia estatal inédita. Asegura que mujeres y disidencias se convirtieron en “blanco enemigo” de las políticas actuales y que el Encuentro debe arrojar propuestas concretas para detener este retroceso: “Nunca vivimos un aval tan abierto a la violencia”.

Para finalizar ambas remarcan que Corrientes fue elegida sede por la urgencia que expuso el caso Loan, y opinan que la trata de personas fue uno de los ejes más fuertes. Para ellas, este delito sintetiza la lógica extrema de violencia del sistema y el desamparo estatal. También prevén discusiones profundas sobre femicidios, travesticidios y la incorporación efectiva del carácter plurinacional en la agenda política del movimiento.

También destacan la participación de las mujeres del Partido Comunista dentro del encuentro, destacan la apertura del sábado —considerada un hecho histórico porque fueron las comunidades originarias las que abrieron el evento— y valoran el trabajo de coordinación que permitió hacerlo posible. 

Entre las actividades centrales mencionaron la Plaza Flor Vive, en homenaje a Florencia Gómez, militante asesinada, y a todas las víctimas de femicidios y travesticidios. El domingo, fueron parte de la Plaza Feminista Abya Yala en el Parque Cambacuá, un momento que Nida vivió con una carga simbólica muy fuerte: celebrar la identidad originaria en un territorio profundamente mestizo y cargado de memoria. 

Luego participaron del homenaje a Mariana Ibarra, impulsado por el Partido Comunista, la UNNE y la carrera de Relaciones Laborales donde Mariana militaba con la mesa estudiantil del Movimiento Universitarios de Izquierda, donde se puso en discusión la crisis de salud mental y la ausencia de políticas públicas que atiendan el sufrimiento juvenil: “Se nos van las pibas y los pibes. El sistema los acorrala hasta llevarlos a decisiones atroces”, lamentan.

Eugenia Grassi Vich y Hebe Vazquez marchando en el Frente en la marcha final del Encuentro

El diálogo con Eugenia Grassi Vich y Nida Paredez deja una certeza: el 38º Encuentro Plurinacional llegó a Corrientes para abrir discusiones postergadas y nombrar de frente lo que duele, lo que resiste y lo que se quiere transformar. 

Desde la frontera, desde las islas, desde los territorios negados y desde las comunidades que insisten en existir, ellas sostienen que este Encuentro no fue solo una cita anual: fue un punto de inflexión para pensar un proyecto político que nazca de las mujeres, de las disidencias y de los pueblos originarios. Un proyecto capaz de disputar el presente y construir, de verdad, otra provincia posible.