OPINIóN

La Argentina se achica y Caputo se agranda

Mientras el país ajusta, hay alguien a quien le va bárbaro. En apenas un año, su fortuna creció un 2.041%. No, no es un emprendedor tech ni un influencer financiero.

Por Jeremias Giordano

Hay alguien que, en medio del derrumbe económico argentino, encontró la fórmula mágica del éxito. Es el Ministro que conduce la economía argentina al abismo, pero guarda su tesoro lejos del caos.

El patrimonio del Ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, creció un 2.041% en solo un año. Pasó de declarar unos $744 millones a casi $16.000 millones. Sí, dieciséis mil millones. Y no, no estamos hablando de la Lotería Nacional.

El dato, lejos de ser una filtración escandalosa, surge de su propia declaración jurada. Transparencia, pero solo en la planilla. Porque lo que no aparece en la fórmula es el detalle del truco: Caputo no invierte en la economía que él mismo dirige. No guarda sus dólares bajo el colchón, como recomendaba, sino que los estaciona en nueve cuentas en el exterior, de las cuales siete están en la Isla de Man, ese pequeño y encantador paraíso fiscal entre Gran Bretaña e Irlanda, donde el ajuste no llega.

No es la primera vez que Luis Caputo tiene un rol estelar en el gran show del endeudamiento argentino. Ya fue Ministro de Economía y presidente del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri. Entre 2016 y 2018, la Argentina se convirtió en el mayor emisor internacional de deuda, acumulando más de 142.000 millones de dólares. Y como si fuera un pase de magia, mientras entraba deuda, fugaban capitales: cerca de 88.000 millones de dólares abandonaron el país. Qué timing.

Ahora, con Milei en la presidencia, la coherencia ideológica no se negocia. ¿Quién mejor para manejar la economía que alguien que sabe exactamente cómo fugarla? Recordemos que el propio Milei dijo en 2021:

“El que evade impuestos es un héroe. Es alguien que está defendiendo su propiedad del robo del Estado”.

Una visión clara, directa, y —podríamos decir— profundamente útil para los funcionarios con cuentas en paraísos fiscales.

Así, mientras el pueblo enfrenta recortes, despidos, tarifazos y licuación de ingresos, el ministro de Economía declara su fortuna en ascenso y la guarda bien lejos. Total, el ajuste es para los demás. Argentina se achica, pero Caputo se agranda. Y no por arte de magia: por un modelo que ya conocemos demasiado bien.

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