En las últimas jornadas del juicio por jurados que se sigue en la provincia del Chaco por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, se han producido avances significativos tanto por la fiscalía como por la defensa, lo que intensifica la tensión de un proceso que arrastra múltiples aristas sociales y políticas.

El jueves 6 de noviembre, la fiscalía presentó peritajes clave. Un bioquímico del Instituto de Medicina y Ciencias Forenses del Poder Judicial del Chaco confirmó que en un colchón y una cama vinculados a la escena se halló sangre humana, y que el ADN resultó compatible en un 99,99 % con la madre de Cecilia. 

Asimismo, se dieron a conocer objetos como una billetera quemada a nombre de Cecilia, un dije con forma de cruz y un anillo encontrados en distintos allanamientos, y registros audiovisuales proyectados durante la audiencia.

El viernes 7 de noviembre, la fiscalía aportó evidencias digitales que complican aún más a la defensa. Mensajes de chat del 7 de junio de 2023 incluyendo frases como “Con que ella aparezca yo soy feliz” fueron citados por peritos de ciberdelitos, y se presentó una carta incautada en una visita al penal que aludía a presuntas presiones internas («Osuna tiene todo bajo control… si Marcela declara, se hunden los tres…») .

A su vez, la defensa desplegó su estrategia al presentar una coartada para Gustavo Melgarejo, casero de la propiedad de los Sena. En la audiencia del lunes 10 de noviembre, un vecino del campo declaró que “tomamos incontables cervezas, nadie se movió de mi campo” y cuatro peritos respaldaron que no hubo indicios de fuego, hollín ni traslado del cuerpo desde ese predio.

El escenario del juicio queda así marcado por un doble eje: por un lado, una fiscalía que acumula pruebas biológicas, digitales y materiales muy sólidas; por el otro, una defensa que intenta afianzar la versión de ausencia de movimiento escénico clave en el campo de los Sena.

Las próximas audiencias serán decisivas: la fiscalía se prepara para cerrar su producción de testigos, mientras las defensas deberán responder al volumen acumulado de evidencia. El veredicto que se avecina no sólo tiene impacto para las partes involucradas, sino que también toca temas de violencia de género, encubrimiento político-social y confianza pública.