INFIERNO
Carlos Braile: “estoy componiendo desde la herida abierta, desde un varón roto en alucinación”
El músico Carlos Braile presenta Del Campo Santo el 2 de julio en el Guido Miranda, un espectáculo que combina música, poesía y una mirada profunda sobre la identidad y la ancestralidad.
Una noche, dos lunas y un infierno en escena. Carlos Braile construye en Del Campo Santo un universo sonoro que navega entre la oscuridad amorosa y la luz de raíces ancestrales. En el teatro Guido Miranda, el 2 de julio, este músico reunirá en escena un colectivo artístico que reescribe el folclore con libertad, diversidad y una potente impronta política.
NM- ¿Cómo fue tu primer acercamiento al arte y cómo mutó eso en una definición musical propia?
CB- Creo que fue desde muy chico, aunque no sabría decir un momento exacto. Siempre hubo algo muy ligado al juego, al dibujo, a la voz. Me gustaba dibujar, cantar, imitar voces. Era eso: juego y expresión. Después, con el tiempo, todo eso fue decantando en la música.
Y esa música fue tomando forma, pero no como una definición cerrada, sino como una búsqueda que sigue abierta. Nunca quise encasillarme. Cada vez que sentí que algo se parecía demasiado a una forma conocida, me daban ganas de romperla. Por eso creo que mi música nace de una mezcla entre intuición, libertad y raíz.
NM- ¿En qué momento sentiste que necesitabas romper con las formas tradicionales de la música?
CB- En el momento en que decidí dedicarme a esto. Sentía que si lo hacía desde lo tradicional, no me iba a salir. Entonces, lo que hago es agarrarme de esos ritmos, de esas texturas folclóricas tradicionales, pero releerlas con libertad.
Por eso lo considero más canción. Tiene raíz folclórica latinoamericana, pero es una canción que tiene aire de zamba, chacarera, joropo. No es una cosa ni la otra. Pero suena, ¿viste? Suena.
NM- ¿Qué papel tuvo Latinoamérica va en tu carrera?
CB- Fue mi primer espectáculo y lo recuerdo con mucho amor. Fue romper el cascarón y salir a decir: “Este es mi proyecto, esta es mi búsqueda, estas son mis referencias”.
Desde ahí me animé a tejer redes con otros y otras artistas. También me dio confianza para entrar en el circuito que admiro. Tener ese espectáculo fue clave para que me vean, para ese primer impacto.
NM- Me gustaría que nos contaras sobre Canciones de las Estrellas, el proyecto infantil.
CB- En 2024, cuando vivía en San Luis, armé ese espectáculo infantil. Estuve cinco años allá y fue donde consolidé Latinoamérica va. El año pasado lancé un sencillo para infancias, Dinosaurio Querido, con aire de chacarera y joropo.
Esa canción me dio ganas de armar algo para niños porque sentía que había mucho para decir desde ahí. También es algo personal porque soy tío.
Tengo otras tres canciones infantiles guardadas para algún día sorprender. Pero no me pondría hoy al frente de un proyecto infantil, porque estoy en otra búsqueda. Igual, mi música es para toda la familia. No soy Los Canticuénticos, pero es familiar, como el folclore mismo.
NM- ¿Cómo nació Del Campo Santo y qué querés decir con esta obra?
CB- Es muy incierto cómo nació. Componía canciones a veces en semanas, otras veces pasaban meses. Me encontré con un cúmulo que sentí que iban juntas en un disco.
Siento que hablan de una oscuridad amorosa, no destructiva, sino una herida abierta. Es la historia de un varón roto, en un estado de alucinación, con la noche muy presente.
La escena que armamos para el teatro es un infierno guiado por dos lunas. Soy hijo de dos madres, y creo que eso también está ahí: esa doble luminosidad, un bagaje artístico y simbólico.
NM- ¿Sentís que esta obra tiene una intención sanadora?
CB- Sí, no creo que sean heridas puntuales sino colectivas, y también personales en los miedos que uno lleva adentro y que a veces no saca.
Del Campo Santo tiene que ver con mirarse a uno mismo, mirarse con los demonios. Ese infierno, los mambos negros, la paranoia y pánico internos. Pero cuando lo sacás y lo transformás en arte, se vuelve otra cosa: algo vital, algo que puede sanar.
NM- ¿Qué significa para vos crear desde una perspectiva local, afro, indígena y queer?
CB- Me siento muy contento. Son temáticas que me atraviesan y que tienen que ver con toda la gente que está en el escenario conmigo.
Es música de raíz, folclore latinoamericano con una ancestralidad rica y poderosa. Creo profundamente que esa ancestralidad reivindica la diversidad y la monstruosidad.
Es pararnos desde ahí, hacernos honor a nosotros mismos. Me entusiasma mucho que este espectáculo exista. Siento que va a ser muy potente.
NM- ¿Cómo ves la escena musical actual y el rol de la música independiente?
CB- Estoy en una generación donde los consumos culturales están cambiando, con nuevos formatos.
La escena local tiene una raíz fuerte que viene brotando. El festival Esto también está sonando en el Chaco solidificó ese circuito regional.
Hice una minigira por Paraguay y Formosa; la red se está tejiendo fuerte. Es fundamental armar redes, conocerse, colaborar.
Por ejemplo, en Del Campo Santo invité a Sofía Viola, una cantautora de Buenos Aires, para colaborar. Eso es acompañarnos.
Hoy no necesitás sello para sacar música, la autogestión es posible, pero es esencial trabajar en equipo para potenciar el proyecto y llegar a más lugares.
NM- El NEA está siempre en tu mapa. ¿Cómo volvés a encontrarte con la región y qué expectativas tenés para el 2 de julio?
CB- Estoy recontento, porque vuelvo con toda esta nueva información que sé que puedo dar.
Me llevo el conocer gente hermosa que conectó con mi proyecto y que también produce momentos valiosos.
Pienso en Rosario Sandeya, que hace danza, movimiento y terapias, que también son arte.
Es volver afianzado con mi artista para sembrar vínculos y retroalimentarnos. Estoy con mucha energía en esta vuelta.
Entrevista completa: https://youtu.be/f0xnkN1nxqw?si=T4mvEP_ygfeQngzF