OPINIóN
ArteCo 2025: una feria con luces propias y sombras culturales
Una feria con obras destacadas, pero que redujo formatos artísticos y restringió la experiencia del público.
Por Jeremias Giordano
La séptima edición de ArteCo se realizó del 22 al 25 de mayo en la Galería Colón, reuniendo a artistas locales y regionales que presentaron obras de gran calidad y diversidad. Esta nueva sede marcó un cambio respecto a la edición anterior, que se desarrolló en el Puerto de Corrientes y contó con más formatos artísticos.
Sin embargo, la feria perdió espacio para expresiones escénicas y musicales que enriquecieron el año pasado la experiencia del público. Esta reducción limita la feria a las artes visuales tradicionales y deja afuera otras manifestaciones que forman parte esencial de la cultura local.
Este recorte no solo empobrece la propuesta artística sino que también invisibiliza formas de arte que dialogan con la comunidad y sus realidades. El arte vivo, la performance y la música son tan contemporáneos como la pintura o la escultura y merecen ser parte de ArteCo.
En cuanto a la organización, se notaron medidas poco amigables con el público: se prohibió entrar con mates o comidas típicas, ya el año pasado no se resolvió adecuadamente el acceso para bicicletas, medidas de características antipopulares. Estas decisiones afectan la accesibilidad y el ambiente festivo de la feria.
Es fundamental recordar que ArteCo es financiado con fondos públicos. Según el Decreto Nº 714 del 15 de abril de 2025, el Estado provincial destinó $620 millones para esta edición. Por eso, la feria debe reflejar la diversidad cultural y social de la comunidad, con inclusión de distintas disciplinas y respeto por las costumbres locales.
ArteCo sigue siendo un espacio clave para el arte contemporáneo correntino, pero para consolidarse necesita abrirse a la pluralidad artística y cultural, y acercarse más al público con experiencias amplias y accesibles.
Destacados de ArteCo 2025: artistas y obras que convocan
Leo Guardinelli
Sus obras en estilógrafo sobre MDF, como Regalo del mar y Mal de Ojo, llaman a una reflexión sobre la fragilidad del territorio y la mirada como acto poderoso. Guardinelli describe: “hasta que un día una gota de cristal cayó sobre mí y a su vez cayó desde mí hacia el suelo. Observé el territorio conquistado y no vi más que ruinas, el triunfo del acero y un silencio desolador”. También destaca que “las miradas fulminan, enamoran, hechizan y roban fragmentos del espíritu”.
Zulema Maza – Ondulaciones Altiplano
La reconocida artista presentó una intervención sobre fotografías tomadas con la primera cámara digital fabricada. En Ondulaciones Altiplano, el paisaje se distorsiona a través de espirales que parecen hacer vibrar el territorio, generando una sensación de movimiento y alteración poética de la imagen original.
Luisina Roldán de Rosario
Ganadora del premio Adquisición Galería Fausto, con la obra de la casita de “La Luchona” dentro del proyecto “Lo que se devora el tiempo”. Su trabajo aporta una mirada crítica sobre el paso del tiempo y las memorias sociales.
El Macumbiero
Presentó una instalación sexual con espejos y luces que invita al espectador a coincidir con su propia fantasía, creando una experiencia participativa y lúdica.
Colectivo Guaranipolis
Obras de artistas como Diego Pogonza y Lucas Vera que resaltan la cultura popular correntina y las religiones locales, construyendo un diálogo con las raíces y tradiciones de la región.
La dealer coletivo (@la.dealer.colectivo)
Su instalación fusiona collage espacial y arte objetual contemporáneo, combinando lo doméstico y lo precario con ironía conceptual. El cartel manuscrito sobre Durlock (“No rasques más allá del misterio puede ser Durlock”) funciona como núcleo poético que desmonta solemnidades y conecta con la crítica latinoamericana, proponiendo un paisaje fragmentario y simbólico.
Verónica Saucedo (@veroo_saucedo)
Una propuesta visual minimalista y conceptual que articula fotografías y textos breves, líneas dibujadas que sugieren arquitecturas y espacios latentes. La instalación genera una narrativa íntima y melancólica que invita a la reflexión pausada, resonando con el arte relacional y la escritura visual.
Bruno Yedro
Espejismo: obra que juega con la ilusión óptica del desierto para mostrar la dualidad social entre pobreza y riqueza, invitando a reflexionar sobre la fragmentación social.
Carroñeros: introspectiva y crítica, plantea interrogantes sobre supervivencia, poder y moralidad en una escena desolada donde la figura central desafía la percepción de víctima y verdugo.
Sebastián Galvaliz
Serie fotográfica que denuncia la crisis del acceso al agua potable en el Chaco profundo, documentando la lucha cotidiana de los vecinos del barrio Pinedo Viejo. Su trabajo es testimonio y denuncia sobre un derecho fundamental incumplido.
José M. Mazzanti – Sobremesa
Retrata a maestros y maestras del Chamamé, patrimonio inmaterial de la humanidad, mostrando la intimidad y memoria que habitan en la música y las sobremesas correntinas.
Daniela Almeida – El niño interior
Instalación escultórica que aborda la infancia, el juego y la memoria desde la ternura y la crítica. Con materiales reciclados, la obra evoca la fragilidad y la resistencia creativa frente al abandono, construyendo una poética del encuentro y la inocencia.