Sergio Salazar y Jorgelina Romero fueron imputados por el fiscal, Raúl Passeto, por "daños a los bienes del Estado, amenazas y lesiones". “No es el camino de un Estado de derecho lógico", declaró el abogado de la familia Salazar, Hermindo González.
"Esta cuestión fue analizada por la justicia oportunamente y no se debió judicializar por el estado emocional en que estaba la pareja", explicó González. "También se determinó que, si bien estuvieron entre los manifestantes, no fueron organizadores ni instigadores”, agregó.
En declaraciones a Radio Dos, el abogado dijo que "fue la propia justicia la que reconoció el estado de esta pareja, y habilitó la Oficina de Asistencia a Familiares de Víctimas".
"Merced a profesionales que los asistieron, tanto Sergio como Jorgelina lograron restablecer su estabilidad emocional y social", añadió. "Ahora es precisamente la Justicia la que, con esta decisión, echa por tierra todo lo logrado y altera su frágil estabilidad", señaló.
La decisión llega cuando la familia espera la respuesta del Superior Tribunal de Justicia al pedido realizado para que se revea el fallo que liberó a Escalante. "Estamos segurons que fue el el autor del femicidio de Tamara”, aseveró González.
El caso
Tamara Salazar fue encontrada en enero de 2016 en una alcantarilla al costado de la ruta Provincial Nº 5. Días después Escalante, de 39 años, quedó detenido por pericias policiales que lo vincularon como propietario de un Renault 19 color gris secuestrado en la causa y en el cual se habría trasladado a Tamara.
La autopsia determinó que la joven había sido ahorcada.
Tamara tenía 19 años, vivía en el barrio San Marcos. En la siesta, había salido de su casa a cargar crédito para su celular, pero no regresó.
Durante la investigación se pudo constatar que Escalante utilizó la red de Facebook para captar a Tamara y fue un poco más de un mes de interrelaciones, desde el primer contacto. Por este motivo es que el caso también se enmarcó en la figura de grooming.
El grooming está considerado como un engaño pederasta. Es una serie de conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad, creando una conexión emocional con el mismo, con el fin de disminuir las inhibiciones del infante y poder abusar sexualmente de él.